Esta blóg (declaración de principios)

lunes, 24 de septiembre de 2007


Acabas de entrar a esta vereda de patrañas. Estás a punto de empezar a mirar. Relájate. Concéntrate. Ya te dio un poco de lata el comienzo. Tienes prisa. Poco tiempo para leer.

Y Tú, Lector, no esperas encontrarte con nada en especial. Eres de esos que no esperan ya nada de nada. Otros andarán en busca de aventuras, con expectativas por todo. Tú no.


Tú sabes que hallarás sólo un blog. Leer algo quizá, entretenerte un rato. Nada que sea realmente importante. Una sarta de disparates, patrañas y demás. Rastros cruzados de cultura docta, pop, de masas, y tantos otros nombres ridículos que es mejor evitar. Porque lo que a ti te interesa no son estas cosas infinitamente nimias. Sino la entonación imprevista, la forma ligera, escéptica de mirar del autor.


Sabes que el autor del blog no se hizo famoso por descubrir vacunas, ni por alimentar niños hambrientos en Angola, ni por limpiar caca de perro enfermo esparcida por la ciudad. Es un tipo ingenioso, no más. Un tipo talentoso. Un honorable. Un intrépido. Un poco al lote. Un poco chancho. Y vulgar.


Fin.

A falta de complot: “mal savor de voca”

domingo, 23 de septiembre de 2007

¿Se han dado cuenta que existen muchos mitos en el imaginario del periodismo?

Si tuviéramos que imaginar nuestro oficio como un equipo de fútbol, una bonita metáfora repartiría los valores supremos en las distintas partes de la cancha. La libertad de expresión estaría en la defensa, porsupuesto. El reporteo diario, en el mediocampo. Y la delantera, las superestrellas que marcan los goles y se tranzan por millones entre clubes, serían los sagaces periodistas de investigación.

Entonces, yo armaría un esquema 4-3-3: uno, por mi capricho, pero dos, porque se sitúa a medio camino entre un modelo 4-2-4 (demasiado ofensivo) y un 4-4-2 (muy cobarde).

Elegí un total de tres artilleros, por motivos tácticos, claro. ¿La razón? La profesión demanda ese coraje indagatorio… para eso se inventó la investigación. Para desenmascarar al poder, desde luego.

Con gesto heroico, el periodismo revela los mayores compromisos, amiguismos turbios, intereses económicos, cruzadas silenciosas y demás. Entre tanta conspiración que denunciar, presento el siguiente relato. Es una adaptación que quiere ser fiel testimonio de virtuosismo, y un ejemplo periodístico de primer nivel…

Mal Savor de Voca
A nadie le es indiferente la televisión. Yo, desde pequeño, soy un acérrimo televidente. Desde entonces me llama la atención una cosa: Los Comerciales. Pero la publicidad que me cautiva desde mi más tierna infancia, ha sido la de una rama radical: los productos de higiene bucal.

Me refiero a aquellos comerciales en los que se intenta simular lo que realmente pasa en los laboratorios de Colgate y Pepsodent. La tónica es siempre la misma: edificios que parecen sacados de una novela futurista, científicos miopes de todas las razas que se pasean en elegantes batas blancas, mirando dentaduras y enjuagues sutilmente reflejados en pantallas de plasmas. Lo último en tecnología dental. Para, finalmente, culminar en el éxtasis de la creación del cepillo de los dioses.

Debo reconocer que fui engañado, encantado por estos comerciales desde mi niñez. Soñé mucho tiempo con ser odontólogo. Estudié con ahínco algunos años.

Pero, una vez logré que un guardia me dejara entrar a la fábrica de Oral B a cambio de algo que afortunadamente no se relaciona con el nombre de la fábrica. La desilusión fue grande al comprobar que en aquellas paredes no había pasillos blancos, ni computadores de última generación, ni personas de distintas razas. Todo era una farsa.

Intenté denunciar esto a la prensa. “Ellos son más poderosos de lo que tú crees”, me dijeron. Apedrearon las ventanas de mi casa, intervinieron mi teléfono por semanas, hasta que finalmente me rendí ya que sumado a estas amenazas la gente empezaba a tomarme por loco.


Ustedes ganaron malditos. Espero que sean felices inundando las frágiles mentes de los televidentes con promesas de higiene bucal vacías. Yo ya he cumplido mi parte, querido lector. Y no me atrevo a ser blanco de más represalias: la misión de convencer a la gente de que la verdad acerca de los cepillos de dientes y sus derivados está en otro lado. Es ahora tuya.


*Adaptación en homenaje a Ren Hoëk, columnista de Pum pam.

Poema para celebrar!

sábado, 22 de septiembre de 2007

Luego de ser nazi, Martin Heidegger se preguntó por la esencia general de la poesía. ¿Reposa la esencia de la poesía en la terrible lucidez de la locura última de Hölderlin, como postula el alemán? ¿podemos permitirnos pensar la poesía como exterior al vacío colindante de las paredes del ser, de la necesidad al nombre de la cosa al ser-aquí-y-estar-ahora para existir? ¿es la ontología de la metafísica que se desploma el margen de lo aleatorio que desplaza sin cesar? Y de ser así: ¿la cosa poetizándose en su poeticidad declara la esencia pura y egoísta del poeta? Pero entonces, ¿por qué alzar a Heidegger como gran redentor de la flor narcisista de su vanidad? Y en lo referente a nuestros intereses: ¿es esta vereda de patrañas un gesto fonético atado a sus condiciones posmodernas y no un dilema egocéntrico de la subjetividad post post? Y más importante aún: ¿son los alemanes superiores a los franceses? ¿Se debe acaso a que los alemanes cabezones empiezan siempre con "H": Hegel, Husserl, Hölderlin, Heidegger, Horkheimer, Habermas, Hesse y Hadorno?

Réquiem de la Mariposa, Gonzalo Rojas

Quizá todos los poemas sean fruto de experiencias ordinarias. Éste al menos, parece ser el caso. Gonzalo Rojas se dirigía a impartir clases, cuando una mariposa moribunda detuvo su paso. La cogió con sus manos y al arribar al salón escribió en un viejo pizarrón: “sucio fue el día de la mariposa muerta”... (Fuente: La belleza de pensar).



*videopoema confeccionado por el autor del blog.

Entrada inaugural

viernes, 21 de septiembre de 2007

Del genio creador de lamaparadio y laradio61, nace ahora una vereda de patrañas... un espacio para los desastres, el aburrimiento, el violoncello, la dialéctica post heideggeriana, el movimiento de tortuga, prostitutas, club de peleas clandestinas, sumarios, rastros de carmín, esperas, y toda patraña que os podáis imaginar.

¿Autorreferencia, gesto trascendental, guiño patético? ¿Ideas mutiladas, alusiones ridículas y torpes, copia burda? Nada de eso.
- Cómo! Entonces qué rayos?!
- Un trabajo universitario.

Nos vemos pronto.

v.

contacto

jueves, 20 de septiembre de 2007

víctor s. valenzuela
vvalenzuelar@fen.uchile.cl